En el hospital Metropolitano donde trabajo como urologa pediátrica, tuve la oportunidad de llevar a cabo una operación que me llenó de alegría y satisfacción por su éxito.
Mi paciente, es niña llamada Sofía de 6 años, había estado luchando contra una complicada malformación en su sistema urinario desde su nacimiento. La familia de Sofía había buscado una solución durante mucho tiempo y finalmente confió en mí y en mi equipo.
La operación fue un éxito total. Trabajamos incansablemente durante horas para corregir la malformación y restaurar el funcionamiento normal del sistema urinario de Sofía. Cada paso del procedimiento se realizó con precisión y cuidado.
Ahora, Sofía se encuentra en su habitación del hospital, en proceso de recuperación. Verla descansar cómodamente y saber que esta cirugía ha cambiado su vida para mejor me llena de gratitud y felicidad. Estoy comprometida con la salud y el bienestar de mis jóvenes pacientes, y este caso es un testimonio de nuestro esfuerzo constante por hacer una diferencia positiva en sus vidas.